El canadiense se encontraba en el Ogden Theater en Denver, Colorado, y como parte de su espectáculo subió a la chica del público a bailar con él. Drake la coge de la cintura, le da la vuelta, comenta que su pelo huele muy bien debido al champú, le estira la camiseta hacia abajo y le besa el cuello.
El rapero sigue y cruza sus manos frente al pecho de la joven. Entonces coge el micrófono, justifica que se “está dejando llevar” y le pregunta a la chica cuántos años tiene. “17”, responde ella. Y tanto él como el público lanzan un grito. “Aún es pronto para ir a la cárcel, tío”, suelta el rapero.
Lo peor de todo es que Drake sigue con su monólogo de macho alfa y le comenta a la joven: “¿Por qué tiene este cuerpo? Tienes curvas. Mírate”. Como si tener un cuerpo desarrollado le diera a él el poder de tocarla y sobarla delante de miles de personas.
Pero aún hay más. “No sé si me debería sentir culpable o no pero me ha encantado. Me ha gustado la forma en la que tus pechos se pegaban a mi torso”, suelta Drake y remata la desagradable jugada con un beso en las mejillas y en la frente, paternalista y condescendiente.
Ver el vídeo produce sensación de asco e incomodidad. Absolutamente ningún hombre debería tocar, sobar y sexualizar a una chica de esta forma (menos delante de tanta gente, aprovechando tu posición de poder en el escenario) porque el mensaje que está lanzando es “hacer esto está bien”. Y no, para nada está bien. Seguramente ahora, en 2019, se plantearía si sacar a una chica del público y tratarla como si fuera carne de ganado es correcto. Quizá la chica solo quería conocer a su ídolo y darle un abrazo y, sin embargo, lo que recibió es un “ya podemos asaltar tu cuerpo libremente”.
En mayo de 2010, Drake tenía 23 años. La edad de consentimiento en Colorado son 17 años. De momento ni él ni sus representantes han querido hacer ningún comentario al respecto.
