Estas prácticas que pretenden «corregir» la sexualidad representan una forma de tortura
El congreso del Estado de México —la entidad más poblada del país— aprobó reformas al código penal local que prohíben y sanciona las supuestas “terapias de conversión” (ECOSIG), prácticas que pretenden «corregir» la orientación sexual, identidad y expresión de género de las personas de la comunidad LGBT.
La reforma el código penal mexiquense considera estas prácticas “delitos contra el libre desarrollo de la personalidad y la identidad sexual”. La persona que someta u obligue a otra a estas «terapias» será castigada con entre uno y tres años de prisión. Además, cuando se atente contra personas menores de edad, personas con discapacidad, adultas mayores o privadas de su libertad, las penas podrán aumentar hasta seis años.
Ricardo Torres, presidente de la asociación Fuera del Clóset, dijo a la Agencia Presentes que la aprobación es un gran paso: “Reconocemos la voluntad política del Congreso en este sentido pero todavía falta mucho por alcanzar exigencias históricas por las que hemos luchado por más de 16 años en el Estado de México”.
Una lucha nacional de la comunidad LGBT
La lucha por alcanzar esta prohibición comenzó en 2018. Fue tras un pronunciamiento de integrantes de la organización Fuera del Clóset ante la comisión estatal de derechos humanos del Estado de México.
En México no hay datos oficiales de cuántas terapias de conversión se realizan al año y solo en la Ciudad de México y Estado de México se prohíben y sancionan estas prácticas de supuesta conversión. En el resto del país, distintas organizaciones tratan de ponerle fin, pero hasta ahora no han tenido éxito.
Este año, la organización mexicana Yaaj publicó una guía junto a la ONU sobre las terapias ECOSIG. En el documento señalan que muchos de las personas que recibieron estas terapias en México denunciaron situaciones de violencia física y psicológica. Entre los abusos señalaron: privación ilegítima de la libertad, abuso sexual, uso forzado de medicamentos, electroshocks y hasta exorcismos.
HOY SE HA ESCRITO UN CAPÍTULO MAS EN LA HISTORIA DE LOS DERECHOS LGBTI+ EN EL EDOMEX.
Con a 61 votos a favor 9 en contra y 0 abstenciones el @Legismex Aprueba la ley en contra de las terapias de Conversión pues no hay #NadaQueCurar pic.twitter.com/sbx6bRPvN8— Yaaj México (@YaajMexico) October 20, 2020
El mismo informe señala que distintas organizaciones LGBT de México denuncian que estas «terapias» representan un fraude electoral. Sin embargo, hasta ahora, este tipo de prácticas no está regulado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Tampoco lo regula la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ni la Secretaría de Salud nacional.
La ONU, en asociación con organizaciones LGBT de México, realizaron una encuesta a 400 personas que se identifican como parte de la población queer. Todas las personas fueron sometidas a un ECOSIG en algún momento de su vida. Según los datos obtenidos, el 74% manifiesta que después de esa experiencia se sintió “dañado”, “muy dañado” o “devastado en la vida”. Entre el 50% y el 80% de las personas afirmó que el ECOSIG les generó: vergüenza, daño emocional, depresión, reafirmación del desprecio propio, decepción, y falta de autoestima.
Finalmente, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) consideró las ECOSIG son prácticas “dañinas, contrarias a la ética que carecen de fundamento científico. También las consideró «ineficaces y podrían constituir una forma de tortura”.
Portada EFE.