No hay nada que corregir. Las «terapias» que pretenden cambiar la orientación sexual y la identidad de género son prácticas crueles y denigrantes, por lo que cada vez más voces exigen su prohibición
Cientos de líderes religiosos de distintas partes del mundo se unieron para pedir la prohibición de las supuestas «terapias» de conversión sexual. El grupo exige a los diferentes gobiernos generar políticas públicas y normativas frente a estas prácticas crueles, inhumanas y denigrantes.
La declaración se hizo mediante una conferencia patrocinada por la Oficina de Relaciones Exteriores, Riqueza Común y Desarrollo (FCDO) del Reino Unido. En la conferencia, sostuvieron que “se acaben todos los intentos de cambiar, suprimir o borrar la orientación sexual, la identidad de género o la expresión de género de una persona, y que se prohiban estas prácticas nocivas”.
La declaración fue firmada por más de 370 personas, quienes pertenecen a muchas de las principales religiones del mundo. Además, son conocidos defensores LGBT+. Entre ellos se encuentran el clérigo sudafricano y arzobispo Desmond Tutu, y el ex rabino jefe de Irlanda, David Rosen. En México, firmó el obispo cristiano anglicano Julio César Martín, y en Colombia, la presbítera cristiana católica Judith Bautista.
Puedes sumarte a su pronunciamiento público aquí. Y si quieres más información o necesitas ayuda, busca a Yaaj, una organización que busca promover, defender y garantizar los derechos humanos, sexuales y reproductivos de la población.
La propuesta de los religiosos para acabar con las ECOSIG
Esta iniciativa de los líderes religiosos intenta que los Estados tomen medidas para garantizar la prohibición de los Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género (ECOSIG). Además, consideraron que se deben prohibir otros métodos como la privación ilegal de la libertad, violaciones correctivas, exorcismos religiosos y medicalización forzada, por nombrar algunas “tácticas” para «corregir» la identidad.
Los líderes religiosos consideraron que se debe actuar rápidamente porque en su mayoría las víctimas son jóvenes LGBTI+. Consideraron que esto genera un daño irreparable a su salud mental a lo largo de su vida adulta y, en el peor de los casos, los arrojan al suicidio.
Sin embargo, desde Yaaj señalaron que «existen otros miembros religiosos conservadores que reclaman que es una infracción a la libertad religiosa. También que podría causar prohibiciones a lo pueden enseñar y lo que no, sosteniendo que ellos ‘solo quieren ayudar’”.
Una prohibición que avanza en México
El congreso del Estado de México —la entidad más poblada del país— aprobó en octubre reformas al código penal local que establecen la prohibición de las ECOSIG y sanciona a quienes realicen estas prácticas que pretenden «corregir» la orientación sexual, identidad y expresión de género de las personas de la comunidad LGBT.
La reforma el código penal mexiquense considera estas prácticas “delitos contra el libre desarrollo de la personalidad y la identidad sexual”. La persona que someta u obligue a otra a estas «terapias» será castigada con entre uno y tres años de prisión. Además, cuando se atente contra personas menores de edad, personas con discapacidad, adultas mayores o privadas de su libertad, las penas podrán aumentar hasta seis años.
La ONU, en asociación con organizaciones LGBT de México, realizaron una encuesta a 400 personas que se identifican como parte de la población queer. Todos respondieron que participaron de una ECOSIG en algún momento de su vida. Según los datos obtenidos, el 74% manifiesta que después de esa experiencia se sintió “dañado”, “muy dañado” o “devastado en la vida”. Entre el 50% y el 80% de las personas afirmó que el ECOSIG les generó: vergüenza, daño emocional, depresión, reafirmación del desprecio propio, decepción, y falta de autoestima.
Finalmente, según informó la organización Yaaj, a nivel mundial se han prohibido los ECOSIG en lugares como Canberra y Queensland, en Australia; California, Colorado, Nueva York y Washington, en Estados Unidos. También en países de Europa como Suiza, Malta y Alemania.