Una foto de Billie Eilish vuelve a ser objeto de críticas por su apariencia. ¿Hasta cuándo permitiremos los prejuicios sobre el cuerpo femenino?
En los últimos días, una fotografía de Billie Eilish vestida con ropa corta y ajustada se ha convertido en la imagen de la discordia.
El supuesto problema que algunos encontraron es que todo se le marcaba, se veían sus hombros, se mostraban sus curvas. Y que ella no podía lucir así.
Entre los comentarios en internet se pueden leer pésimas críticas como la publicada por el supuesto hombre que tomó la foto: «En diez meses Billie Eilish ha desarrollado el cuerpo de una madre bebedora de mediados de los 30».
Y todo esto por una instantánea en la que la joven simplemente está paseando por Los Ángeles con vestuario cómodo.
offending and mocking billie eilish's body won't make your life any less pathetic and lonely. pic.twitter.com/uMY5dkjIlN
— TRAVEL (@ririhyejin) October 14, 2020
No es la primera vez que Billie es sexualizada por su vestimenta —lamentablemente, es probable que tampoco sea la última. Pero la artista, ganadora de seis Grammy con apenas 18 años, no tardó en responder en Stories con un contundente video de la influencer Chizi Duru al circo de sandeces que se están diciendo sobre ella.
«Todos deberían empezar a normalizar los cuerpos reales, ¿ok? No todo el mundo tiene un trasero gigante a sus espaldas. Las lonjas son normales, ¡son normales! Los senos se caen… Especialmente después de amamantar. Instagram no es real», menciona Chizi.
«Si lo que llevo es cómodo, no soy mujer. Si me quito las capas, soy una puta»
Un corto de Billie Eilish sobre su cuerpo
La pandemia de Covid-19 obligó a Billie a cancelar su gira. Aún así, este periodo no congeló a la cantante; lo aprovechó para crear entorno a su música… y a su cuerpo.
Bajo el título «No es mi responsabilidad», que iba a dar nombre a los shows, produjo un cortometraje en el que admite la objetización a la que la han sometido.
“Algunas personas odian lo que uso, otras lo elogian. Algunas personas lo usan para avergonzar a otros, algunas personas lo usan para avergonzarme a mí. Pero te siento mirándome… siempre. Y nada de lo que hago pasa desapercibido».
Pero su opinión al respecto es clara: «no es mi responsabilidad».
Luego llegan preguntas retóricas que van en la misma línea de pensamiento que lo que opina cada vez que le preguntan que cómo se ve.
«¿Te gustaría que me callara? ¿Mis hombros te provocan? ¿Mi pecho? ¿Soy mi panza? ¿Mis caderas? El cuerpo con el que nací, ¿no es lo que querías? Si lo que llevo es cómodo, no soy mujer. Si me quito las capas, soy una puta», dice Billie.
Con la aparición de su disco debut, When We All Fall Asleep, Where Do We Go?, introdujo la discusión sobre cómo debe ser un icono pop. Billie demostró que su prioridad era la música y no ser otra sexualizada más, otra juzgada más por su cuerpo.
«A la vista del público, las niñas y mujeres con fuertes opiniones son odiadas. Si eres una niña con una opinión, la gente simplemente te odia», dijo a Los Angeles Times en marzo de 2018.
En esa misma entrevista, afirmó: «¿Cuál es el punto de complacer a otras personas? Tienes que salir y cambiar el mundo. Nosotros somos la generación que va a dar un paso hacia eso».
Comodidad y autenticidad
En muchas entrevistas, Billie Eilish fue consultada sobre su aspecto y personalidad. Por qué es reservada, por qué no sonríe en las fotos, por qué usa ropa holgada. No basta con una única respuesta para que el tema de su aspecto deje de ser tema.
En julio de 2017, con 16 años, le dijo a la revista Billboard por qué no le gustaba sonreír en las fotos: «Me gusta tener el control de cómo me veo, cómo me siento y cómo actúo. La obligación es sonreírle a alguien si te sonríe… No me considero nada más que yo misma».
Vogue la llevó a la portada de su edición de marzo de este año. Contó a la publicación que tuvo una relación compleja con su cuerpo y que, mientras crecía, pensaba que le hubiera gustado nacer con otro físico. Sin embargo, también contó que eso desapareció cuando empezó a encontrar otro estilo que la hacía sentir segura.
En otra entrevista con CBS This Morning dejó claro que la ilusión de belleza hegemónica no es más que una falacia, y que ella simplemente quiere sentirse a gusto. “Se trata menos de ‘mi cuerpo es feo, no quiero que lo veas’ y más de ‘no me siento cómoda usando esto, me siento cómoda usando ropa más holgada'».
¿Cuánto tiempo más tiene que pasar para que el cuerpo femenino deje de ser objeto de discriminación y apropiación pública? ¿Cuándo terminará la presión social sobre «ser femeninas»?
Portada EFE