En Chicago hace frío. Mucho frío. Hace tanto frío que las vías de metal del tren se deforman por las temperaturas tan bajas. La temperatura, que ha llegado a alcanzar los -28ºC, puede hacer que salten, incluso, tornillos.
Este hecho puede ser mortal ya que podría provocar accidentes mortales, trenes descarrilados. Los servicios de mantenimiento se encargan de evitar males mayores y lo hacen quemando trozos de cuerda empapada en queroseno.
Con este método, evitan que las vías se deformen, recuperen su forma inicial y reparan los posibles desperfectos que se hayan ocasionado (como piezas que se mueven de sitio, tornillos sueltos, etc.)
Esta operación es vital para mantener un correcto funcionamiento del sistema ferroviario.
Una estampa un tanto peculiar… que durará mientras dure el frío.