¿Y si llega el verano y no me he podido drogar en el Primavera Sound? ¿Y cuándo podré dejar de aplaudir? Hay gente que sigue en fase 0 y sale a aplaudir por compromiso. Los ves, calles enteras de vecinos que salen obligados al balcón, y se comportan igual que el público de un talent show cuando se ilumina el cartel de “aplausos”.
No se alarmen, les traigo esperanza: vivo en Mallorca (en fase 1) y por lo que veo a mi alrededor, el 1 de Fase 1 viene de y 1 polla salgo yo a aplaudir pudiendo estar de terraceo. En serio, en cantidad de aplausos se ha pasado de pedirle un bis a los Rolling a cumpleaños en familia monoparental. Ya no hay entusiastas en los balcones, éstos vuelven a ser zona habitual de plantas y padres fumadores.
COSAS QUE PUEDES VOLVER A HACER DEPENDIENDO DE LA FASE:
Fase 1:
Salir a la calle. Y lo mejor es que puedes salir a pasear sin tener que hablar con la gente. Desde que Mallorca está en fase 1, salgo a pasear y gracias a la distancia social, ya no me paro a saludar. La relación con mis seres queridos se ha convertido en la que tuve con ese compañero de la universidad que nunca se hizo íntimo. Me pasé años dudando si se llamaba Oscar o Carlos.
Ir a la peluquería. Si no te has quedado calvo del estrés, ve a que te lo haga un profesional. No lo hagas tú en casa, no tienes habilidades. Acuérdate de cómo quedó la torta de pan que hiciste con tus propias manos. Nadie querría salir a la calle con un peinado amateur.
Aunque ya no se aplauda. ¿De qué manera puedes mostrarles a los sanitarios tu aprecio, mientras estas en una reunión clandestina con tus 18 mejores amigos? Fácil: poniendo altavoces en los balcones con aplausos enlatados. Seguro que nadie nota la diferencia. Y ellos seguirán motivados y listos para cuando llegues a la UCI.
Fase 2:
Poner fin a tu relación. Es la fase ideal para dejar a tu pareja: ya se puede ir a segundas residencias (también conocida como la casa de tus padres).
Seguir paseando a ninguna parte. Pero aquí ve con cuidado. Debido a los paseos de la fase 1, puede que haya gente en la calle incubando. Algunos se están aguantando la tos, son enfermos de paisano.
Abren los teatros. Es el momento de esquivar las invitaciones de tu amigo artista para ir a ver su show de impro. Porque quién necesita teatros, ¿cuando el espectáculo en ver como llora la gente que sigue en fase 1? Molaría que para pasar de fase nos votáramos entre comunidades, como en Eurovisión. Que saliera Messi diciendo: Madrid, three points. (Messi es catalán, ¿no? Me suena que a niveles burocráticos lo es).
Fase 3:
Abren las discotecas, pero no te fíes. No es el momento de estar en sitios cerrados. Si quieres fiesta, puedes seguir yendo a tus raves de confianza. Si presionamos fuerte, el gobierno no tardará en legalizarlas y con suerte podrás ir con tus hijos.
Husmear en el Cash Converters. Meses después, al fin puedes volver a comprobar con tus propias manos si funciona el botón de volumen de una radio que antes pertenecía a un señor que se duchaba una vez a la semana.
Devolver el perro que adoptaste para salir a pasear. No dramatices, ni siquiera le has puesto nombre. Y si quieres seguir sacándole rentabilidad, piensa que tu perro está tan cachas de caminar, que podría ganarse todas las pruebas de Agility que se le pongan por delante. Y eso es un dinero asegurado.
Y luego ya viene la nueva normalidad. Entonces se podrá volver a discutir con tus padres sin el riesgo de que esa discusión sea la última y te pese el resto de tu vida. El último contacto con mi madre fue discutir acerca de mi desorbitado gasto en mozzarella. Y ya está. Bueno, según los epidemiólogos, la nueva normalidad también consistirá en que de vez en cuando saldrá otra película de Fast and Furious. Pero esos rebrotes son incontrolables.