«Me encanta la política, pero más me encanta no morirme», expresó Mujica, uno de los políticos más populares de Latinoamérica
José Mujica, el ex presidente de Uruguay, anunció que deja su banca en el senado. En una sesión especial, leyó una carta en la que explicó los motivos por los cuales deja su función en el parlamento: la combinación de edad, problemas de salud y la amenaza de la pandemia.
“Esta situación me obliga, con mucho pesar por mi honda vocación política, a solicitar que gestione mi renuncia a la banca que me otorgó la ciudadanía”, escribió Mujica. “Esto no significa el abandono de la política sino el abandono de la primera fila por entender que un dirigente es el que deja gente que lo supera con ventaja. Me voy agradecido, con muchos recuerdos y honda nostalgia. Me ha echado la pandemia”.
Mujica se convirtió en uno de los líderes más importante de América Latina. Su vida austera lo convirtió en un ícono de los liderazgos políticos del continente. Fue presidente de Uruguay entre 2010 y 2015. También ocupó cargos en el Senado y tiene un larga trayectoria en la política, ya que siempre fue militante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, una guerrilla que nació y se fortaleció al calor de la revolución cubana a mediados de los sesenta.
Con el retorno de la democracia, Mujica pudo empezar a desarrollar una carrera política formal. Fue electo como diputado por Montevideo en 1994 y desde entonces siguió progresando hasta convertirse en presidente de Uruguay.

El ex presidente de Uruguay luego de leer su carta de despedida. EFE
Pepe Mujica, la cárcel y la austeridad
«Creo que el hombre aprende mucho más de la adversidad, siempre que no lo destruya, que de la bonanza. Uno aprende con lo que vive, no con lo que cuentan. Se aprende más del dolor y no de los triunfos». Esto dijo Pepe Mujica en 2018, en el 75° festival de cine de Venecia. Fue invitado para presentar dos películas que retratan su militancia durante la dictadura.
El accionar militar fue particularmente cruel con Mujica. Estuvo preso dos veces en una cárcel que hoy fue convertida en centro comercial. En una oportunidad, se escapó de ese penal en una fuga de las más espectaculares de la historia de América Latina. Sin embargo, en aquellos años vio a compañeros y compañeras morir y desaparecer.
Más de una vez esperó su propia muerte. Sobre todo cuando estuvo 10 años aislado en un pozo —literalmente en un pozo— durante la dictadura militar de 1973. Sin embargo, logró sobrevivir y también a la locura que podría provocar el aislamiento y la tortura.
En un discurso que dio en 2015, se refirió a los años que estuvo preso. Quiso dar cuenta que en esos años aprendió a disfrutar de la austeridad: «Me comí 14 años en cana (…) La noche que me ponían un colchón me sentía confortable. Aprendí que si no puedes ser feliz con pocas cosas no vas a ser feliz con muchas cosas. La soledad de la prisión me hizo valorar muchas cosas».
Siempre vivió en una casa muy pequeña en una chacra ubicada en las afueras de Montevideo. Incluso cuando fue presidente de Uruguay vivió ahí. Y a cien metros de su casa está “El quincho de Varela”: una construcción rectangular, no muy grande, con techo de paja y paredes de ladrillo. A ese lugar agasajó a mandatarios de América Latina. Durante los tiempos preelectorales, montó su despacho, después festejó la victoria y hasta realizó reuniones de gabinete con sus ministros.
En diciembre de 2014, la BBC lo entrevistó. Le preguntaron por su estilo de vida, interesados en saber el motivo de tanta austeridad, a pesar de que en ese entonces era presidente. Como respuesta, Mujica dijo: «Yo vivo como vive la mayoría de mi pueblo, en la política lo normal tendría que ser mi forma de vida».
Políticas progresistas
Durante su mandato, Pepe Mujica impulsó distintas leyes que representaron un avance en materia de inclusión. También promovió otro tipo de medidas que colocaron a Uruguay a la vanguardia del resto de los países de América Latina.
La primera de esas leyes fue la legalización del aborto, en 2013. Mujica explicó en aquel entonces que él apoyaba el proyecto porque una despenalización del aborto podría evitar muertes en interrupciones de embarazos de manera clandestina. Además señaló que podría ocasionar una reducción en el número de abortos. «Todo el mundo está contra el aborto. Pero si se le brinda apoyo a una mujer sola que toma esta decisión, hay quienes pensamos que muchas retrocederían», dijo.
Los dichos del ex presidente se cumplieron. En Uruguay los abortos descendieron. Además, antes de que sea legal, eran responsables del 37% de las muertes maternas durante el quinquenio 2001-2005, y cayeron hasta representar alrededor de 8% entre 2011 y 2015.
Luego, con respecto al consumo de marihuana, el tema fue muy discutido en su gobierno y en la sociedad. Sobre este tema, La BBC publicó la siguiente frase del ex presidente: «No es bonito legalizar la marihuana, pero peor es regalar gente al narco. La única adicción saludable es la del amor». En medio de los comentarios y críticas que esto provocó, la iniciativa fue elogiada por la publicación británica Monocle y por la revista Time, incluso este medio se preguntó si los líderes del mundo no deberían seguir el mismo camino. Después de una extensa discusión, la ley también fue aprobada.
Así, el paso de Mujica por la política uruguaya y también latinoamericana deja diversas lecciones. Desde una manera de hacer política de forma austera hasta un puñado de leyes progresistas que integraron a muchas personas y minorías. Ahora, por culpa de la pandemia, él deja la función pública. Sin embargo, seguramente habrá más de él, así de claro lo dejó en su carta de despedida:
«Me encanta la política, pero más me encanta no morirme».