«Aunque se le negó justicia en vida, no descansaremos hasta conseguir justicia después de su muerte», sentenció el abogado de la familia Floyd
Derek Chauvin, el policía que causó la muerte de George Floyd por asfixia el pasado mayo, fue puesto en libertad condicional hoy después de pagar una fianza de un millón de dólares. En marzo de 2021 tendrá una nueva audiencia por el crimen del que se le acusa.
«Esto es un recordatorio doloroso de que estamos todavía muy lejos de alcanzar justicia para George», lamentó Ben Crump, abogado que representa a la familia de la víctima. «Aunque se le negó justicia en vida, no descansaremos hasta conseguir justicia después de su muerte», añadió.
Según registros penitenciarios difundidos por medios estadounidenses, Chauvin se encontraba detenido desde mayo. El exagente fue trasladado este miércoles de la prisión estatal de la localidad de Oak Park Heights, en Minnesota, a la cárcel del condado de Hennepin, en Minneapolis, de la que salió en libertad.
Chauvin es el último de los cuatro exagentes implicados en la muerte de Floyd que sale en libertad condicional a la espera de un juicio. Antes, fueron liberados sus excompañeros.
Se trata de Tou Thao, J. Alexander Kueng y Thomas Lane, presentes en la detención del afroamericano y acusados de complicidad en el asesinato por no haber hecho nada para evitarlo. Todos fueron despedidos de su empleo.
Repercusiones del caso de George Floyd
Se teme que la liberación de Derek Chauvin genere nuevas tensiones en Minneapolis, escenario de las protestas más intensas por la muerte de Floyd y contra la brutalidad policial. Estas marchas se replicaron en otra veintena de ciudades de Estados Unidos y en otras partes del mundo durante varias semanas.
Las manifestaciones respondían a la violencia con que el agente había tratado a Floyd. Un video muestra cómo Chauvin lo asfixia con su rodilla durante más de ocho minutos sin hacer caso a los ruegos del arrestado. Floyd estaba esposado y desarmado.
«Por favor, por favor, por favor, no puedo respirar. Por favor», repetía Floyd. «No puedo respirar» terminó convirtiéndose en un grito de justicia y en símbolo del movimiento Black Lives Matter.
El exagente tiene 44 años y llevaba 19 como oficial cuando ocurrió esto. Un tribunal del condado de Hennepin va a juzgarlo por homicidio y homicidio en segundo grado. El juicio programado para marzo también podría incriminar a sus tres excompañeros, por permitir la muerte de Floyd.
De las protestas también surgió otro reclamo: desfinanciar a la policía para destinar ese presupuesto a ayudas sociales que mejoren la vida de los más vulnerables. Evitar el uso de agentes para situaciones que podrían haberse evitado si hubiera bienestar social.
Abajo los símbolos racistas
La muerte de George Floyd detonó una ola de dolor y furia contra los monumentos racistas, esclavistas y coloniales alrededor del planeta. En Estados Unidos, Reino Unido o Colombia pudo verse cómo manifestantes derrocaron estatuas que representaban la segregación racial.
En este último lugar, integrantes de la comunidad Misak tiraron una estatua del conquistador español Sebastián de Belalcázar en Popayán, capital del departamento del Cauca.
América Latina ya había registrado hechos similares el año pasado. En Chile tiraron la estatua de Pedro de Valdivia: un conquistador español muerto 1553 en el levantamiento mapuche conocido como la guerra del Arauco.