Aunque sólo tienen 14% de la población mundial, los países ricos se hicieron de 53% de las vacunas contra Covid, lo que deja un panorama adverso para naciones pobres
Inglaterra se convirtió en el primer país en aplicar la vacuna contra Covid-19. En paralelo, todos los países empiezan a gestionar contratos con farmacéuticas para hacerse del medicamento. Sin embargo, esta carrera para llegar a la cura es muy desigual. Los países ricos ya se reservaron la mayoría de las dosis que se produjeron.
Una investigación llevada a cabo por Oxfam reveló que las naciones ricas, que representan únicamente el 14% de la población mundial, compraron ya 53% de las futuras vacunas. Esto significa que más de la mitad de las dosis prometidas de las cinco principales vacunas candidatas está ya reservada.
En noviembre de 2020, más del 80% del suministro previsto para 2021 de las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna fue sido vendido a países ricos. Los países que ya se reservaron ese porcentaje son: Canadá, Estados Unidos, Japón, Reino Unido y los países que integran la Unión Europea.
¿Qué pasará con los países menos desarrollados y más pobres?
Denuncias internacionales por la desigualdad para conseguir la vacuna contra el Covid-19
La organización Amnistía Internacional publicó un informe sobre el problema en la distribución de la vacuna contra Covid-19. La institución señala que «los países tienen la obligación de trabajar unidos para responder a la pandemia, y los Estados más ricos tienen la responsabilidad especial de ayudar a los Estados que disponen de menos recursos».
Sin embargo, hasta ahora eso no estaría sucediendo. Los países más ricos —mencionados anteriormente— pudieron acceder primero a las vacunas y afrontar las compras. En este sentido, Amnistía señala que el costo puede impedir el acceso a la atención de la salud, especialmente en el caso de las personas marginadas, y al menos la mitad de la población mundial no puede costearse hoy una atención de la salud esencial. Esto significa probablemente que las vacunas no serán accesibles para la mitad del mundo si no son gratuitas en el punto de atención.
9 out of 10 people in poor countries are going to miss out on a #COVID19 vaccine next year. @pfizer @moderna_tx @BioNTech_Group @AstraZeneca MUST share their science, technology and know-how, otherwise billions could miss out.
We need a #PeoplesVaccine. pic.twitter.com/NdusOXNjOA
— Amnesty International (@amnesty) December 9, 2020
Anna Marriott, Gerente de Políticas de Salud de Oxfam, dijo sobre este tema: “A nadie se le debe impedir recibir una vacuna que le salve la vida culpa del país en el que vive o la cantidad de dinero en su bolsillo. Pero, a menos que algo cambie drásticamente, miles de millones de personas en todo el mundo no recibirán una vacuna segura y eficaz para Covid-19 en los próximos años». Además, Oxfam señaló que 9 de cada 10 personas de países pobres no podrán acceder a la vacuna contra Covid en 2021
En este contexto, la organización internacional denunció la acción de los países ricos con las farmacéuticas. «Los gobiernos deben hacer todo lo posible para suministrar estas vacunas; la inversión merece mucho la pena —señala el informe. Como parte de sus obligaciones de derechos humanos, los gobiernos deben tomar medidas para eliminar cualquier obstáculo relacionado con el costo al que pueda enfrentarse la población para acceder a su derecho a la salud.»
El plan de la OMS para garantizar el acceso a las vacunas
Para alentar a las empresas a compartir sus conocimientos para que todos los países del mundo puedan acceder a la información sobre las vacunas contra el Covid-19, la OMS ha creado el Acceso Mancomunado a Tecnología contra Covid-19 (C-TAP). En este sistema las empresas pueden compartir datos y patentes sobre sus innovaciones.
Si las empresas se unen a C-TAP, se aumentará enormemente la cantidad de investigación disponible públicamente sobre vacunas contra la Covid-19. Además, según el organismo, se intensificará la producción y se reducirá su costo.
Sin embargo, hasta la fecha ninguna empresa se ha adherido al C-TAP. Oxford/AstraZeneca es la única compañía que se ha comprometido a vender la vacuna sin ánimo de lucro mientras dure la pandemia. Ni si quiera se sumó la empresa Pfizer, la farmacéutica que creó la vacuna que se está aplicando únicamente en Reino Unido.
En otro intento por garantizar que los países pobres accedan a la vacuna, la OMS creó el Mecanismo Covax. Se trata de una iniciativa para que los países pongan en común sus recursos, inviertan en la mayor cantidad posible de vacunas y las compren. También apunta a que las distribuyan de manera justa y equitativa. Sin embargo, los países ricos pusieron en riesgo este mecanismo.
Según información de la OMS, los países más ricos que integran Covax solicitaron dosis equivalentes al 50% de su población, mientras que los países de menores ingresos sólo pueden solicitar hasta ahora el 20%. Además, los países más ricos también pueden pagar por adelantado un precio más alto para seleccionar qué vacunas prefieren.
Así, la luz al final del túnel aparece. Sin embargo, la manera en la que se llega hacia esa luz es muy desigual, a pesar de que la pandemia no discrimina y llega a todas las personas del mundo, sin importar el país donde viven.
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Portada EFE.