Todos conocemos la historia de Mowgli, el niño indio de El Libro de la Selva. Rudyard Kiplin había pasado gran parte de su vida en La India, cuando aún era la joya del Gran Imperio Británico, y recogió con acierto como principales protagonistas de su obra a la pantera Bagheera y al tigre Shere Khan. Sabía el bueno de Rudyard que los grandes felinos que pueblan las selvas de La India rondan pueblos y ciudades y, aunque tratan de evitar a los seres humanos, no siempre lo consiguen.
Aún hoy en día, las grandes ciudades son vigiladas con cámaras infrarrojas para detectar a los tigres que cada cierto tiempo entran en los barrios de la periferia buscando alguna presa fácil.
En este vídeo podemos ver un claro ejemplo, no con un tigre o una pantera, sino con un hermoso leopardo que, quizá llevado por el hambre, o quizá por un despiste, se adentró en la ciudad de Jalandhar, en el norte de India, hace apenas unos días, el pasado 31 de enero.
Las imágenes muestran al gran felino, rodeado de personas que, por un lado lo acorralan y por otro huyen de él. Son imágenes tensas, llenas de histerismo y terror. La gente grita, pero el felino también está claramente asustado. Y en su afán de huir, como hacen todos los grandes gatos, ataca e incluso trata de escalar una alta pared sin conseguirlo.
Ante los ataques del animal y la situación de pánico desatada entre la población, acudió la Policía del Departamento Forestal que trató de capturar al leopardo utilizando dardos tranquilizantes, sin conseguirlo. De hecho, el animal llegó a atacar a uno de los oficiales antes de huir a través de un pasillo y cruzando algunas de las huertas y campos.
Además del oficial, al menos seis personas resultaron heridas por sus poderosas zarpas.
Pese a la multitud y la presencia de oficiales formados y armados, el leopardo ha logrado escapar por el momento.
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Hay informes que hablan de doscientas personas fallecidas por ataques de grandes felinos en India en los últimos diez años. El número parece enorme, si bien estadísticamente, la proporción dentro de la inmensa demografía india, es casi insignificante.
Los grandes felinos son uno de los más preciados tesoros de este gigantesco país. Una riqueza natural que, en ocasiones, choca con el casi ilimitado desarrollo y expansión humanos.
Es perfectamente comprensible el pánico de las personas que se cruzaron con el leopardo, un animal que en cada garra lleva cinco afiladísimos cuchillos, y que está dotado de rapidez, inteligencia y un sofisticadísimo sentido para la caza. Comparados con ellos, los humanos no somos mucho más que fofos y torpes mamíferos. Si sólo nuestro intelecto nos hace especiales, lo deseable es que sepamos usarlo para buscar soluciones de convivencia y respeto.
La fauna salvaje evita siempre que le es posible a los humanos. En justa reciprocidad, nosotros debiéramos respetar sus territorios naturales y sus espacios de vida y caza. Al fin y al cabo, la respuesta a casi todo, siempre está en el equilibrio.
